domingo, 11 de abril de 2010

EL RECHAZO A LOS TRABAJADORES CON VIH, UN FENÓMENO INVISIBLE PERO OBVIO.

La vulneración de la confidencialidad de datos médicos, la solicitud de la prueba del VIH en el trabajo sin tener relevancia para el puesto, la exclusión de oposiciones y las dificultades para encontrar trabajo o despidos son los problemas con que las personas con VIH se enfrentan cada día en España.

Desconocimiento y falta de estadísticas.
Lo primero que hay que decir es que no se tiene una idea exacta de cuán extendida está la discriminación laboral hacia las personas que viven con el VIH en España. (A duras penas se tiene un estimado de la prevalencia de la infección). Por un lado,
no se llevan, estadísticas que permitan conocer este fenómeno y, en parte por esto, no se tienen políticas específicas al respecto; por el otro, en la mayoría de los casos, las personas a quienes se discrimina no ponen la denuncia correspondiente. Muchos no tienen idea de ser portadores del virus, menos que esa ha sido la causa
de que no los llamen para ocupar un cargo. En el otro extremo, cuando la persona sabe que vive con el VIH y descubre que éste ha sido la causa que limita su acceso al mercado laboral, teme que, al reclamar su derecho, será objeto de más discriminación.
Entre ambos polos se encuentran quienes, sabiendo de su seropositividad y siguiendo los pasos regulares de la contratación de personal, no son elegidos y no tienen manera de probar que el rechazo ha sido debido a una prueba oculta y, por supuesto, ilegal.
Rechazo
Pese a la falta de números, cualquiera que trabaje en el área del VIH/sida sabe que, por encima de unas cuantas empresas ejemplares, lo más común es que se siga rescindiendo de, y obviando a, los trabajadores seropositivos al virus de inmunodeficiencia humana. Las situaciones por lo general son las siguientes:
Empleados que, sin motivo aparente, son despedidos, candidatos que, habiendo superado todas las fases del proceso de selección, empiezan a trabajar hasta que, después de los exámenes médicos, se les informa que ya no se requiere de sus servicios y la situación más frecuente, sin haber culminado el proceso de
selección, el candidato es desechado como aspirante al cargo porque hay un examen que indica que vive con VIH.
Estar en la cuerda floja
Antes de señalar lo evidente, que todas estas prácticas son ilegales, destaquemos algunas otras no tan frecuentes pero igualmente llamativas.
Algunas veces, la organización detecta que uno de sus empleados vive con VIH y, porque es previsible que tome acciones legales si es despedido, continua la relación
laboral. Lo que suele suceder en estos casos es que al trabajador se le da un
“trato especial”; de manera explícita o implícita se le hace saber que está
en la cuerda floja y que, al menor descuido, se le podría despedir. Por ejemplo, se le contabilizan con más rigurosidad las ausencias o ante cada permiso solicitado, se le recuerda que no debe “abusar del buen trato que se le ha dado”. A veces hasta se re negocia su contratación inicial para recortar los beneficios o para incluir condiciones que pretenden salvaguardar el cumplimiento de las funciones. Por ejemplo, se llega a un “pacto de caballeros” entre la organización y el empleado para que, dado el caso de una ausencia prolongada por alguna complicación médica, renuncie. En pocas palabras, se le presiona para que deje el cargo y, mientras tanto, se le hace sentir que la empresa le está haciendo un favor porque, en su condición, es baja la probabilidad de conseguir otro empleo.

Los rumores
Ahora bien, ¿cómo es que una organización detecta que alguien vive con VIH? Muchas veces solo es necesario un rumor y, definitivamente, las organizaciones que lo confirman lo hacen sin el consentimiento del empleado, a través de un examen de sangre, como procedimiento de entrada o con la excusa de una evaluación periódica. Así pues, y pese a ser ilegal, sigue extendida la práctica de aplicar la prueba de detección de anticuerpos al VIH como parte de la selección y promoción de personal. Es una de las políticas ocultas de algunos departamentos de recursos humanos; no se está en ningún papel, no se le declara, pero se aplica. El argumento más generalizado para su complementación es que una persona que vive con VIH “está enferma” y va a resultar “muy costosa para la empresa”.

en la cuerda floja y que, al menor descuido, se le podría despedir. Por ejemplo, se le contabilizan con más rigurosidad las ausencias o ante cada permiso solicitado, se le recuerda que no debe “abusar del buen trato que se le ha dado”. A veces hasta se re negocia su contratación inicial para recortar los beneficios o para incluir condiciones que pretenden salvaguardar el cumplimiento de las funciones. Por ejemplo, se llega a un “pacto de caballeros” entre la organización y el empleado para que, dado el caso de una ausencia prolongada por alguna complicación médica, renuncie. En pocas palabras, se le presiona para que deje el cargo y, mientras tanto, se le hace sentir que la empresa le está haciendo un favor porque, en su condición, es baja la probabilidad de conseguir otro empleo.

Los rumores
Ahora bien, ¿cómo es que una organización detecta que alguien vive con VIH? Muchas veces solo es necesario un rumor y, definitivamente, las organizaciones que lo confirman lo hacen sin el consentimiento del empleado, a través de un examen de sangre, como procedimiento de entrada o con la excusa de una evaluación periódica. Así pues, y pese a ser ilegal, sigue extendida la práctica de aplicar la prueba de detección de anticuerpos al VIH como parte de la selección y promoción de personal. Es una de las políticas ocultas de algunos departamentos de recursos humanos; no se está en ningún papel, no se le declara, pero se aplica. El argumento más generalizado para su complementación es que una persona que vive con VIH “está enferma” y va a resultar “muy costosa para la empresa”.

“Supervivencia en tiempos de Crisis”
Siendo más precisos, podría decirse que es un lugar donde la mayoría se comporta de acuerdo a una lógica de “supervivencia en tiempos de crisis”. Este, en términos del tema tratado, es un eufemismo para hacer cotidiana la ilegalidad. Dicho en corto, se ha naturalizado la existencia de la discriminación laboral debido al VIH. A los empleadores les parece útil y quienes son discriminados, en muchos casos, se encuentran desesperanzados ante esta situación. Para probar cuán lejos estamos de la antidiscriminación podría hacerse una prueba de fuego: ¿cuántas empresas tienen una declaración explícita sobre este punto, una política interna de antidiscriminación por seropositividad al VIH? De haberlas, han de ser muy pocas.

Fenómeno Invisible pero obvio
El rechazo a los trabajadores que portan el virus es un fenómeno invisible pero obvio, pues existe un marco legal ratificado que, por regla general, no se cumple. Esta violación es producto de las creencias erradas en torno al VIH y a las personas que viven con el virus Como resultado de la presión económica, terminan participando en este rechazo, no solo las grandes empresas, sino las consultoras independientes y los laboratorios que realizan las pruebas de detección. Son el activismo y los resultados que se desprenden de tal actividad la pieza clave para superar este rechazo, tanto en el ambiente laboral como en la cultura en general.que, al ser compartidas por los empleadores, generan políticas discriminatorias ocultas que se aplican por encima de la ley.

Como resultado de la presión económica, terminan participando en este rechazo, no solo las grandes empresas, sino las consultoras independientes y los laboratorios que realizan las pruebas de detección. Son el ACTIVISMO y los resultados que se desprenden de tal actividad la pieza clave para superar este rechazo, tanto en el ambiente laboral como en la cultura en general.

Siendo más precisos, podría decirse que es un lugar donde la mayoría se comporta de acuerdo a una lógica de “supervivencia en tiempos de crisis”. Este, en términos del tema tratado, es un eufemismo para hacer cotidiana la ilegalidad. Dicho en corto, se ha naturalizado la existencia de la discriminación laboral debido al VIH. A los empleadores les parece útil y quienes son discriminados, en muchos casos, se encuentran desesperanzados ante esta situación. Para probar cuán lejos estamos de la antidiscriminación podría hacerse una prueba de fuego: ¿cuántas empresas tienen una declaración explícita sobre este punto, una política interna de antidiscriminación por seropositividad al VIH? De haberlas, han de ser muy pocas.

Fenómeno Invisible pero obvio
El rechazo a los trabajadores que portan el virus es un fenómeno invisible pero obvio, pues existe un marco legal ratificado que, por regla general, no se cumple. Esta violación es producto de las creencias erradas en torno al VIH y a las personas que viven con el virus Como resultado de la presión económica, terminan participando en este rechazo, no solo las grandes empresas, sino las consultoras independientes y los laboratorios que realizan las pruebas de detección. Son el activismo y los resultados que se desprenden de tal actividad la pieza clave para superar este rechazo, tanto en el ambiente laboral como en la cultura en general.que, al ser compartidas por los empleadores, generan políticas discriminatorias ocultas que se aplican por encima de la ley.

Como resultado de la presión económica, terminan participando en este rechazo, no solo las grandes empresas, sino las consultoras independientes y los laboratorios que realizan las pruebas de detección. Son el ACTIVISMO y los resultados que se desprenden de tal actividad la pieza clave para superar este rechazo, tanto en el ambiente laboral como en la cultura en general.


Cristián Cárdenas.

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