Roche, una de las pioneras en el desarrollo de antirretrovirales, ha anunciado en una carta enviada a los activistas del Comité Europeo de Asesoramiento Comunitario del Grupo Europeo de Tratamientos del Sida (ECAB y EATG, respectivamente, en sus siglas en inglés) que abandona la investigación en el campo del VIH. La nota ha sido la respuesta a las preguntas de dicho grupo que, después de los rumores que circulaban desde hacía meses, decidieron preguntar directamente a la compañía. Con esta decisión Roche cierra dos décadas de desarrollo de fármacos para el VIH. Roche lanzó su primer antirretroviral al mercado en EE UU el año 1992. La zalcitabina, conocida como ddC (Hivid®), seguía a zidovudina (AZT, Retrovir® [1987]) y didanosina (ddI, Videx® [1989]), en un momento en que los regímenes consistían en la toma de mono- o biterapias a los que el VIH acababa mostrando resistencia con el tiempo. Este análogo de nucleósido no resistió la comparación con otros de su clase y acabó siendo el primer antirretroviral en retirarse del mercado por falta de ventas. Unos años más tarde, en 1995, llegó el primer inhibidor de la proteasa (IP) de la historia, saquinavir, con el nombre de Invirase®, que luego fue reformulado como Fortovase®. Justo después salía al mercado otro IP, indinavir (Crixivan®), que acabó desplazándolo. Fortovase® fue finalmente retirado del mercado en 2007, cuando Roche apostó otra vez por Invirase®, con una nueva formulación que, potenciada con ritonavir, resulta más fácil de tomar. La pastilla de 500mg de saquinavir sigue estando disponible e incluida entre las pautas recomendadas. En 1998, en los inicios de la era TARGA (sigla de terapia antirretroviral de gran actividad), Roche lanzó otro IP, nelfinavir (Viracept®), que había sido desarrollado por Auguron Pharmaceuticals, una pequeña compañía que acabó siendo absorbida por el gigante Pfizer. En su momento, nelfinavir fue uno de los IP que más se tomaba. Pero su efecto secundario más común, la diarrea, y el elevado número de pastillas le restaron popularidad y acabó relegado a favor de nuevas opciones más cómodas. Fue entonces, a finales de la década de los 90, cuando empezó a aparecer la lipodistrofia, una epidemia inesperada que, en un tiempo récord, nos cambió el cuerpo. Los culpables de todo eran entonces los IP, los mismos que nos habían asegurado la vida. Entonces , la tendencia fue cambiar a los flamantes no análogos de nucleósido efavirenz (Sustiva®) y nevirapina (Viramune®). En marzo de 2003, Roche consiguió la aprobación en EE UU de T-20 o enfuvirtida (Fuzeon®), el primer antirretroviral que inhibía la entrada del virus a la célula CD 4 a infectar, de ahí que se le llame inhibidor de la fusión. Fue descubierto por Trimeris, una pequeña compañía de biotecnología que condujo, junto a Roche, su desarrollo. En un momento en que muchas personas tenían VIH resistente y necesitaban tratamientos de rescate, T-20 aparecía como una buena opción. Los resultados de los estudios que llevaron a su aprobación, los TORO I y II, así lo avalaban. Sin embargo, el hecho de que este péptido de cadena larga tenga que inyectarse dos veces al día frenó su uso desde el principio. Recientemente, con la llegada al mercado de fármacos de nuevas clases y administración oral, el empleo de T- 20 ha descendido notablemente y es raro ya encontrar a alguien que lo tome. El precio de T-20, el antirretroviral más caro de la historia, fue en su momento fuente de críticas por parte de activistas y grupos de pacientes. Su importe de 52 euros diarios fue defendido por Roche por los elevados costes de producción. Ningún otro fármaco aprobado para tratar el VIH resistente ha superado posteriormente este precio. Según cuentan Jenny Edge-Dallas y Mike Nelson, los representantes de la compañía que firman la carta, Roche llevaba tiempo investigando compuestos de la clase de los antagonistas del correceptor CCR5 e inhibidores de la transcriptasa inversa, pero se encontraban en fases preclínicas y tardarían al menos seis años en llegar al mercado. La compañía piensa hoy que ninguno de estos fármacos aportaría beneficios adicionales a los que ahora ya se pueden conseguir con los nuevos antirretrovirales de desarrollo reciente. Aseguran que Roche seguirá comercializando Invirase®, Fuzeon® y Viracept®. Se da la circunstancia que Viracept® estuvo hace poco retirado del mercado unos meses por haberse encontrado una sustancia potencialmente tóxica en su composición (véase La Noticia del Día del 21/09/07 y Actualización en Tratamientos del 03/06/2008). Por otra parte, esta compañía también ha patentado distintos tests diagnósticos para el VIH y la hepatitis C. Roche ha asegurado que, a pesar de no seguir investigando en el campo del VIH, sí continuará invirtiendo para innovar en el tratamiento del virus de la hepatitis C (VHC). La combinación de fármacos para tratar la hepatitis C que comercializa -el interferón pegilado (Pegasys®) y la ribavirina (Copegus®)- ha supuesto una mejora en la eficacia de esta estrategia terapéutica, especialmente entre las personas con sólo hepatitis C. Los resultados en personas coinfectadas por VIH y VHC no son tan buenos, por lo que se espera que la combinación de interferón con los nuevos fármacos en desarrollo pueda aportar mejores resultados. Roche tiene en este momento varios candidatos en investigación para el tratamiento de la hepatitis C : un inhibidor de la proteasa del VHC conocido como R7227 o ITMN-191, que desarrolla conjuntamente con la compañía Intermune y que se encuentra en fase Ib de desarrollo para evaluar la seguridad, farmacocinética y actividad en personas con VHC de genotipo 1; y dos inhibidores de la polimerasa del VHC en fase I y IIb, conocidos, respectivamente, con el nombre de R7128 y R1626, que también están siendo estudiados en personas con genotipo 1 de VHC. El primero está siendo desarrollado de manera conjunta con la compañía Pharmaset.
Noticia extraida de Periodista digital con fecha: 16/07/2008
enlace: http://blogs.periodistadigital.com/vidasaludable.php/2008/07/16/roche-sida-antivirus-vih-farmaceutica-8976