Aunque el tratamiento antirretroviral se ha simplificado, un 22% de los pacientes cree que la medicación que toma afecta a su calidad de vida y un 15% asegura que es un obstáculo en sus actividades cotidianas, según encuesta realizada a 3000 pacientes seropositivos de 18 países, incluída España.
La mayoría de los encuestados están preocupados por los efectos secundarios que su tratamiento podría tener en el futuro. La principal inquietud se refiere a los cambios que puedan producirse en el rostro, el cuerpo, el cabello, la piel o las uñas, le sigue la preocupación por los efectos en el hígado, el dolor articular o muscular, los trastornos del sueño, la fatiga o anemia. Los problemas
gastrointestinales, pérdida ósea, las afecciones cardiovasculares, neuropatías y enfermedad renal. Incluso uno de cada diez pacientes no cree que el beneficio de la medicación antirretroviral compense los efectos secundarios.
Esta encuesta desvela también que a 7 de cada 10 pacientes le gustaría saber más sobre el VIH y sus tratamientos.
Las Ongs, médicos y medios de comunicación y en este orden -somos los principales responsables de entregar la información de manera correcta y didáctica.
Pros y contras.
En el momento actual disponemos en España de 23 fármacos (TARGA, Tratamiento Antirretroviral de Gran Actividad) que actúan frente a 4 dianas o puntos centrales del virus. Los “ pros” del tratamiento antirretroviral son constatables con el aumento de la supervivencia de los pacientes y con el descenso el número de casos sida en aquellos países que disponen de servicios sanitarios adecuados y de potencial económico para sustentar los costos de los fármacos.
Entre los “ contras” estarían los efectos adversos a medio y largo plazo , algunos de ellos conocidos pero otros un no puestos en evidencia, ya que se trata de fármacos con pocos años de utilización. Lo que obliga a buscar opciones terapéuticas nuevas que mantengan la potencia antiviral y que tengan efectos adversos nulos o limitados, hacia ya vamos.
Enfoque global del paciente
Los avances producidos en los últimos años en terapia antirretroviral, han permitido aumentar la expectativa de vida de los pacientes. Sin embargo, la propia infección crónica, los tratamientos prolongados con sus respectivos efectos adversos, la necesidad de una adherencia rigurosa, la repercusión social y psicológica del diagnóstico, hace que el tema de la calidad de vida relacionada con la salud sea de gran vigencia en el momento actual.
El tratamiento antirretroviral no debería limitarse a la elección de una pauta médica efectiva, sino en el abordaje global del paciente VIH teniendo en cuenta su dimensión biológica, psíquica y social, sólo de este modo se podrán obtener los resultados deseados a largo plazo.
Por último que los médicos en particular no se limiten a conseguir una carga viral indetectable.
Cristián Cárdenas.
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