El día que Keith Haring asomó su nariz tímidamente por la “Gran manzana” contaba con solo 18 años y su mayor deseo era matricularse en la escuela de artes visuales. Acto seguido su otro objetivo fue el metro , sus pasillos y sus vagones. Entre tanta oscuridad y gris, el impuso su estética colorista .Sus maestros fueron los artistas callejeros desesperados, rebeldes, pacifistas y revolucionarios , los cuales jamas llegarían a exponer en galerías ni museos. En este entorno Keith creo su propio laboratorio desde donde nacen, “el niño iluminado”, “el perro ladrando” y “el hombre corriendo”, a propósito de estas imágenes, Haring manifestó: solo por el hecho de que existen y por repetirlas y elaborarlas iban adquiriendo significado por si mismas .
En 1982 Haring empezó a exponer en galerías y museos de todo el mundo y fue requerido para participar en proyectos públicos , entre los que se incluían campañas de alfabetización y de la lucha contra el sida. Haring continuo usando una gran variedad de medios para transmitir a un enorme publico cuestiones esenciales como la muerte , el amor y la guerra. El día que Keith Haring murió, New York tuvo uno de sus tantos apagones, se fue la luz , el metro se paralizo, por sus paredes corrían sucias lagrimas de dolor. El maestro del graffiti aquel día partía a un viaje a ninguna parte. La calle 42 no hacia mas que reproducir el eco del los gemidos de todos aquellos seres que amo y le amaron, los fantasmas del “Dakota” cesaron de hacer ruidos durante el transcurso de la noche, Yoko Ono ordeno apagar todas las luces de su mansión , y alguien aseguro haber visto a Allan Ginsberg en algún café del Bronx recitando su poema “Howl” , y el clarinete de Woody Allen no fue capaz de responder a las ordenes de su dueño, la estatua de la libertad apagó su antorcha y la sustituyó por una luz de neón que rasgo la noche. Manhattan no daba crédito que una vez mas asistía a la partida de uno de sus hijos predilectos, el viejo amigo Whitman se llevo las manos al rostro y Lorca rompió su el manuscrito original de “Poeta en New York”.Los grafitteros del Bronx silenciaron sus sprays. Fue la noche en que el ruido de coches y sus bocinazos intermitentes guardaron 720 minutos de silencio, las aguas del Hudson se cubrieron de una fina llovizna de tenue color purpura, su aguas se fueron abriendo lentamente con una delgada linea roja dando paso a los primeros compases de “Requiem para un amigo” , el doloroso “Farewell” que se vivió los dejaba casi huérfanos. Las voces no se hicieron esperar, el dúo de Tim y Jeff Buckley así despedían, con sus voces angelicales y decadentes , envolviendo con su halo a la Gran Babel.
Una bandada de pájaros de todas las especies aparecieron sobre la bahía oscureciendo aun mas lo ya oscurecido por el hombre, y de entre todas ellas apareció el Ave Fenix que extendió sus gigantes alas cogiendo entre ellas el alma-espíritu de Keith, lanzo un sonoro graznido y emprendió el vuelo seguido por toda la bandada de pájaros de diferentes y exóticos colores plumajes. De este modo New York aportaba una de sus estrellas al firmamento. Cuentan que también se vio un niño al amanecer con siete sprays con los colores del Arco-Iris comenzando a realizar su primer trabajo en el metro de Brooklyn justo al lado de donde aparecían las imágenes de “Un niño iluminado”, “un perro ladrando”, y “Un hombre corriendo”,
hasta pronto maestro Keith.hasta pronto maestro Keith.
Carlos Herrera
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